La Mami en FICUNAM
Dir. Laura Herrero Garvín
Doña Olga ha trabajado en el Cabaret Barba Azul por más de 45 años y ahora es “La Mami”, la encargada del baño de mujeres. Cada noche ofrece cuidado a las chicas que ahí trabajan bailando con los clientes. Para ellas, el baño es una burbuja de confianza. Hoy una nueva mujer llega al baño, tiene un hijo enfermo y necesita trabajo.
Desde su cortometraje ¿Me vas a gritar? (2018) Laura Herrero Garvín maneja un fuerte discurso sobre la sociedad mexicana y la violencia de género, desde entonces ha logrado encontrar historias escondidas que merecen ser contadas para el cine documental. En esta película creada con una narración que se aleja de los estereotipos del género mencionado, no hay intervención explícita o comentarios añadidos fuera de las situaciones planteadas, simplemente las miradas, las conversaciones que tienen sus personajes logran adentrarnos a este cabaret llamado Barba Azul.
La directora se acerca con su lente sensible para dejarse llevar por las historias de sus protagonistas siendo capaz de captar la belleza interna y externa, de entender que las dinámicas que hay entre ellas o en soledad son lo que mejor explica su verdad, su manera de sobrevivir ante una terrible situación. Entre los colores de la fotografía se pueden contrastar las dos distintas locaciones: la diferencia entre el espacio seguro del baño de mujeres en el piso de arriba, con colores suaves y buena iluminación, y en la sala de baile con tonos saturados y decoración que hacen referencia a la música que se escucha como salsa, cumbia y merengue.
Las protagonistas son Doña Olga y Priscila, quienes son las que tienen más peso en su desarrollo y llegamos a tener una empatía con ambas. Incluso nos sentimos como un testigo invisible acompañando sus conversaciones sobre la vida, el trabajo, entre otros temas. Laura Herrero toma a sus personajes con delicadeza, el lente de la cámara no está presente, los elementos técnicos y cognitivos se mezclan desde el principio hacia el final. Estamos ante un cabaret pero en ningun momento vemos que haya sexo de por medio, es muy sutil porque la directora confia en su audiencia, en el ambiente queda claro que lo que pasa en el Barba Azul se queda en el Barba Azul. Doña Olga es presentada como una especie de ángel protector que las aconseja, las acompaña y en ocasiones hasta reza por ellas desde la planta alta del cabaret, en los baños y vestidores, la zona más segura, porque abajo es donde se encuentra el coqueteo y el salón de baile.
En la cinta, se muestra como estas chicas ocultan su trabajo a sus seres queridos, ellas reconocen que lo que están haciendo es una forma de vida, para conseguir dinero y pagar los gastos de sus hijos, mantenerlos con vida o perderlos, es lo que pende del hilo. Cuánto dolor, y cuántas lágrimas y noches en vela ante algo así. Laura se acerca a estas mujeres para conocerlas, darles más voz, les da respeto y cariño con su acercamiento.
Hay un aura de intimidad en la película que es imposible no caer bajo su atmósfera, convivir con estos personajes es fascinante a cada minuto, con ello Laura Herrero Garvín se consagra como una de las cineastas más importante en el documental mexicano porque se atreve a contar historias que necesitan ser escuchadas. Un aire fresco al género.